domingo, 29 de noviembre de 2009

EL DISIMULO DE JUANA


Juana, la mujer de Agustín, un próspero empresario, era una mujer ordinaria y falta de educación. Por eso, aquella noche en que Agustín tenía una importantísima cena de negocios y en la que era imprescindible la presencia de su esposa, le recomendó:
-Mira mujer, tú, callada como en misa. Si te preguntan algo responde con un Si o un No y, sobre todo, si pasa algo raro disimula, disimula. ¿Entiendes? ¡Disimula!
Ya en la cena, Juana, muy callada, seguía las indicaciones de su esposo. Pero cuando por fin llegaron los postres Juana comienza a rascarse desesperadamente la cabeza; y Agustín, nervioso, le dice al oído:
-¿Qué te pasa Juana? ¿No te dije que disimularas?
Ella contestó:
-¿Y qué crees que estoy haciendo? ¡Si lo que me pica es el trasero!

GORDITA...


Una gordita estaba empeñada en adelgazar y recobrar la figura perdida. Fue al doctor y le preguntó:
-¿Doctor, cómo hago para adelgazar?
Y el doctor contestó:
-Basta con mover la cabeza de izquierda a derecha y de derecha a izquierda.
Y ella preguntó interesadamente:
-¿Cuántas veces al día doctor?
Y el médico respondió:

-Todas las veces que le ofrezcan comida.

DE POLACOS


Un polaco entra en una tienda y pregunta:
-Quisiera comparar un kilo de Kielbasa.
El que atiende la tienda le mira y le dice:
-¿Oiga, usted es Polaco, verdad?
El polaco responde asombrado:
-¿Pero qué pasa? ¿Es que acaso si pidiese pasta tendría que ser italiano?
-No. Claro que no –contestó el otro–.
El polaco siguió:
-¿Es que acaso si pidiese sopa de matzoh tendría que ser judío?
-Desde luego que no –afirmó el otro–.
Y acaso tengo que ser francés para pedir un cruasán.
-En absoluto señor –dijo el otro–.
El polaco continuó:
-Bueno, pues entonces ¿por qué me pregunta si soy polaco?
Y el otro contestó:
- Es que esto es una ferretería.

CUESTIÓN DE GORDAS

Un niño fue golpeado por la vecina y su madre, toda furiosa, fue a pedirle explicaciones. Le preguntó:
-¿Por qué le pegó a mi hijo?
La vecina contestó:
-¡Por maleducado! Me llamó gorda.
Y la madre refutó:
-¿Y cree que pegándole va a adelgazar?

EL CURA Y EL PREFECTO

Un burro muere frente a una iglesia. Y como una semana después el cadáver seguía allí. El párroco decidió llamar al prefecto. Le dijo:
-¡Señor Prefecto! ¡Hay un burro muerto hace una semana frente a la Iglesia!
El Prefecto, gran adversario político del Cura, contestó:
-¡Pero Señor párroco! ¿No es el Señor quien tiene la obligación de cuidar de los muertos?
Y el cura replicó:
-¡Así es! Pero también es mi obligación avisar a los parientes…

viernes, 27 de noviembre de 2009

EL ANCIANO INTELIGENTE

Un día estuvo un joven de una congregación religiosa haciendo una colecta. Alcancía en mano se acercó a un señor muy anciano.
- ¿Señor, no me da una limosna?
- ¿Para quién es? -Preguntó el vejancón-.
- Es para dársela a Dios. -Contestó el joven-.
- ¡Ah! Entonces dame la alcancía, que a Dios lo voy a ver antes que tú.

EL NIÑO INTELIGENTE

Una madre de familia llevó al niño a un psicólogo. Y cuando le tocó el turno, el niño fue invitado a pasar a la sala de consultas. Se sentó frente al escritorio del psicólogo y éste le preguntó:
- Dime Panchito: ¿qué vas a ser cuando seas grande?
Y Panchito contestó:
- Cuando sea grande voy a ser pintor, doctor y limpia cristales.
El psicólogo le dijo:
- Ah..! Por lo visto ¿no lo tienes bien claro, nooo..? Es normal –Añadió el psicólogo–.
Al contrario –dijo el niño–. Lo tengo bien claro.
- ¿Por qué lo dice? –Preguntó curiosamente el psicólogo–.
Y el niño respondió:
- Por que me gusta ver mujeres desnudas.

LA JOVEN PROFESORA

La joven profesora escribió en la pizarra:
-No me he divertío en tol verano.
Luego preguntó a los niños:
-¿Qué está equivocado en ésta frase y qué debo hacer para corregirlo?
Y Pepito, que estaba en el último asiento, se puso de pié y dijo:
-¡Échate un novio!